Una Auditoría Energética domicilaria es un servicio en el que la eficiencia energética de una casa es evaluada por medio de equipos profesionales, con el objetivo de sugerir las mejores maneras de mejorar la eficiencia energética en la calefacción y refrigeración.
Una auditoría de energía de un hogar puede incluir el registro de varias características del envolvente del edificio, incluyendo las paredes, techos, pisos, puertas, ventanas y claraboyas. Para cada uno de estos componentes se mide o estima el área y la resistencia al flujo de calor.
La tasa de fugas o la infiltración de aire a través de la envoltura del edificio es motivo de preocupación, ambos de los cuales están fuertemente afectados por la construcción de las ventanas y la calidad de los sellos de las puertas.
La auditoría también puede evaluar la eficiencia, condición física y programación de sistemas mecánicos como la calefacción, ventilación, equipos de aire acondicionado y termostato.
Una auditoría de energía en el hogar puede incluir un informe escrito que estime el uso de energía según los criterios climáticos locales, las configuraciones del termostato, la proyección del techo y la orientación solar. Esto podría mostrar el uso de energía para un período de tiempo dado, digamos un año, y el impacto de cualquier sugerencia de mejoras por año. La exactitud de las estimaciones de energía se mejoran mucho cuando el historial de facturación del propietario está disponible mostrando las cantidades de electricidad, gas natural, fuel oil u otras fuentes de energía consumidas durante un período de uno o dos años.
Una auditoría energética del hogar se utiliza a menudo para identificar formas rentables de mejorar el confort y la eficiencia de los edificios. Además, los hogares pueden calificar para subvenciones de eficiencia energética del gobierno central.